TODOS LOS MIÉRCOLES UN NUEVO CAPITULO - PARTE 13-
Una vez recogido el dinero,fuimos hacia los bloques en el que se encontraba el piso de la anciana y que daban a la parte a la parte trasera del nuestro.
Llamamos un par de veces al timbre,pues su edad ronda ya por los noventa.
Una vez que nos abrió la puerta nos dio dos besos a cada uno.
-¿Quién ye ella Luis?Te echasti novia
(Risas)-No,no;es mi nueva compañera de piso se llama Helena y estudia arquitectura
-Encantada
-Pasái para dientro que vos preparar unes pastes
-Muchas gracias Mícaela,pero no tienes porque molestarte
-Si home,molestia ningúna
Siempre que iba a casa de Mícaela ,además de pagar el alquiler,me quedaba un buen rato a posta con ella,tuviese o no tuviese pastas.Las pastas eran una excusa,un reclamo de una mujer que ansiaba compañía.
Mícaela era bastante baja de unos 1,50 metros,el pelo nevado,los ojos como pulgas,la tez sonrojada,el cuerpo cubierto con tela negra y la cara con mil arrugas del paso de los años y de la vida que había llevado y que le habían dado.
Ella se divorcio con 25 años,tuvo dos hijos,Ramón y Eladio.El segundo falleció por una sobredosis y el primero se encontraba en Gijón a unos kilómetros de su madre trabajando en los astilleros.No tenían mucha relación desde el divorcio.Su marido era minero,nunca me dijo su nombre,y seguía nombrandole de la misma forma que cuando estaban casados.Su marido fue un minero,alcohólico que daba palizas a Mícaela cuando llegaba a casa bien caída la tarde después de haberse ido con la cuadrilla de juerga,mientras ella trabajaba la casa.Estaba verdaderamente ciega por el,pues aguanto como unos diez años,antes de dejar al mamonazo ese,cuando una noche tuvierón que llevarla a urgencias y la trasladaron a la Uci. Además de las palizas provocadas el animal en cuestión,le partido literalmente el palo de la fregona en la espalda.
Ella seguía enamorada de el,me lo confesaba las veces que la iba a visitar y que cuando le dejó se le destrozo el corazón al verle marchar,pero decidió que no podía seguir así pues la acabaría matando.
Estuvo ciega por el.No esta echa la miel para el burro,ni el cariño de esa mujer para ese palurdo.
Una mujer trabajadora,entregada a sus hijos,que con una caricia te encaramelaba.
Los años iban pasando a la misma velocidad que se enturbiaba el matrimonio.Había noches que las pasaba en vela,después de haber recibido golpes por todas partes,porque ni tan siquiera el monstruo de su marido la permitía llorar,cuando se echaban en la cama,esperando un nuevo amanecer.Cuando me lo contaba,se me caía el alma al suelo.Menos mal que yo no le conocí por entonces pues no habría tenido ningún inconveniente en partirle las manos con el pico de la mina para que no las volviera a usar nunca más.
Creo que fue la muerte de Eladio y el que Ramón abandonase el nido lo que le hizo quitarse la venda.A Ramón se le veía poco por casa de su madre,que estaba salpicada de recuerdos,de sangre y llantos.Las últimas palabras que le dijo a su madre antes de marchar a trabajar a los astilleros fueron:
-Yo voi,porque nun soportaría vierte morrer,yá tuvi abondu colo de Eladio.
Y aunque su madre le suplico que no se marchara y la dejara sola a merced del monstruo que tenia en casa,y seguramente a Món también se le partiría el alma al dejar atrás a su madre,consiguió plantar un detonante en la vida de Micaela para poner fin a todo ese infierno de matrimonio que había estado aguantando durante años.
-Equí traigo les pastes
Siempre mantenía una sonrisa constante,a pesar de que tenía los ojos tan aguados,que dudaba si le quedaría aún alguna lágrima en su cuerpo.
-Pues esta es Helena,se mudo de un centro que estaba en la calle Francisco Reiter,empecé a poner anuncios y fue la primera que llamo,es un encantado de persona.
-Yá puedes curiame bien a Luis que tuvo bien solo y pasar bien mal cuando vieno a Asturies a trabayar porque nun conocía naide.¡Eh Luis! Si non te trata bien me lo dices, y la to igual Helena que-y pongo les piles llueu.
Me estuvo preguntando que que tal iba el trabajo por Mieres,le dije que bien,que de momento no faltaba,pero que parecía que no tenía fin.
-¡Yo no se donde guarda la tierra tanto carbón!
Nos echamos a reir,mientras tomabamos el café
-¿Y la to Helena a que te dediques?¿Qué quies faer na vida?
Texto:El Hombre Percha
PRÓXIMO MIÉRCOLES-PARTE 14-
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