El Hombre Percha-Malestar de un Hominido

martes, 18 de febrero de 2014

Los Picos de tu Cuenca Minera-La Novela de El Hombre Percha-Capítulo 52

TODOS LOS MIÉRCOLES UN NUEVO CAPITULO - PARTE 52-

A las 9 de la mañana un estruendo nos despertó a todos de imprevisto,
Pedro empezó a golpear las puertas de nuestra habitación
-¿Habéis oído ese ruio?
Nos pusimos inmediatamente el mono,nos habíamos quedado dormidos esperando la llegada de Olayo
Nos apelotonamos Nerio y yo en el cuarto de baño de la casa,nos empapamos la cara y el pelo y salimos escopetados de casa de Pedro agradeciéndole su hospitalidad.
Llegamos a la beta sin aliento y sin estomago en el cuerpo.Allí estaban los hermanos,y la guardia civil.La entrada al túnel estaba semitapiada y en el suelo yacían los cuerpos sin vida de los directivos que vimos el día anterior en la furgoneta.Traian un tercer cuerpo,era el de Olayo.
Enseguida empezaron a llover lágrimas sobre nuestra cara a través de las nubes nubladas de nuestros ojos.
y todo se cernió en una espiral turbia y en un silencio sepulcral que acompañaba a Olayo hasta una de las furgonetas de la guardia civil.
No tardaron en llegar curiosos y ambulancias que poco podían hacer tras el derrumbe de uno de los túneles,y sus victímas.
Uno de los Guardias civiles que estaba al lado del cuerpo informo a sus compañeros que la explosión se había producido a primera hora de la mañana,que el individuo refiriéndose a Olayo
se había amotinado en la mina con dinamita y ante la persistencia de los directivos por paralizar las obras con motivo del Ere,decidió no salir del lugar y llevárselo todo por delante.
Y en ese momento caí al suelo,mareado.Nerio me ayudo a incorporarme sentados apoyado en su regazo.
-Ya se ha acabado todo Nerio(Dije con la voz seca)Se lo ha llevado todo por delante,es lo que ha dicho el agente,la explosión ha llevado al desagüe todos los sueños.Ya no tenemos nada.Nos hemos quedado huerfanos de sustento.
Nerio se derrumbo y comenzó a llorar como una Magdalena.Las lágrimas disipaban las manchas de carbón de su mono,llantos de impotencia que borraban lo que ya eran astillas de recuerdos.
Y todo se había ido y difuminado tan deprisa...
Estuvimos en shock media mañana,la gente no paraba de hacer llamadas,los familiares aturdidos,a penas tuvimos tiempo de reunirnos los de la cuadrilla hasta que uno de los agentes nos reunió ofreciéndonos un par de mantas y algo de café a Nerio,los hermanos y a mi.Y sin anestesia empezó a clavarnos las primeras palabras que salían de su boca como alfileres
de una situación sin retorno,tan turbulenta,como amarga.
-Se acabo todo.La mina,el trabajar,todo.Ya veis lo que ha quedado un par de huesos forrados a unos sacos de carne.Así acaban estas cosas.Intentar olvidar todo.
Pero no era tan fácil,escapar de todo aquel vendaval de angustia,sudor frío,lágrimas y agonía,teniendo en la cabeza una única cuestión ¿Y ahora qué?
Pasadas unas horas,y yo con la mirada todavía clavada en el suelo,sentí el abrazo de Sandra.
-¡Luis!¡Luis!¿Estas bien?
La miré incrédulamente,sin articular palabra.Una cara palideciente se reflejaba en sus ojos.Me levanto aún con la manta en las espaldas,me llevó al coche me abrocho el cinturón y arrancó.
Todavía miraba por el espejo de retrovisor el polvo desprendido,las familias destrozas y las luces verdes y naranjas parpadeando.Vi a Nerio despedirse ,con la mirada perdida,sin saber cuando nos volveríamos a ver y yo giré la cabeza sin saber porque y sin tener claro lo que había pasado en esas horas,pues mis pensamientos se habían quedado atrapados,como el de los demás,entre los escombros

Texto:El Hombre Percha
PRÓXIMO MIÉRCOLES CAPÍTULO 53

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