Cada vez que me despertaba mi conciencia hacia la colada,porque cada noche era un sopor que tenías que aguantar .Si las ilusiones y los sueños alimentan el alma son las pesadillas y desengaños los que la empochan .Y todas las noches se repetía la misma pesadilla.Acababa agotado al levantarme y con los ojos rojos.A veces intentaba aguantar no dormir y quedarme en vela
porque sabía que si cerraba los ojos estaba perdido en el subconsciente.
Un día,sin avisar.Encontré una gata blanca,persa en el salón que la habían dejado mis padres cuidadosamente en una cajita hizo una brecha en la oscuridad como un rayo en medio de la noche,y nos llegamos a hacer intimos el uno del otro.Solo nos faltaba hablar. La llame Estrella, porque
se asomaba por las noches cuando yo estaba dormido a mi ventana.Y todas las noches velábamos el uno por el otro.
Creo que el hecho de tener que preocuparme por la vida de otro ser vivo,me hizo descentrarme bastante de la mía.Hasta el punto que la sentía como prioridad sobre todas las cosas
lo cual, me vino fantástico para alejarme del epicentro de trastornos obsesivos compulsivos y encima solo hacía que recibir amor y cariño por su parte.La llegué a querer más que a algunas personas. Cada vez que salía del colegio estaba deseando llegar a casa y reencontrarmela, se pasaba la tarde echada en la habitación dónde yo estudiaba,a veces la dibujaba a veces pensaba que estaría pensando, a veces incluso me ponía a su altura y hacíamos vida juntos.Además tenía unos ojos marrones color miel que se iluminaban cuando la venía a buscar y se apagaban un poquito cuando me marchaba.
Cuando me quedaba dormido, Estrella paseaba por las calles de mi barrio.Algunos días y al ser blanca,aparecía con manchas negras de haber estado debajo de los coches.
Yo soñaba con ser un gato y que me escapaba por las noches,sin tener preocupaciones porque siempre tenía una cama y un poco de comida donde regresar.Así que era dueño de
mi tiempo y tenía tantas cosas por ver, tantos lugares a donde ir, que a veces se me acababa la noche, despertaba y apenas había recorrido en mis sueños un par de metros.
Fue un aliciente a mi infancia y espero que yo lo fuese a su vida,pues fue la primera vez que sentía empatía y tuvo que ser un gato el que me hizo darme cuenta que quizás al fin y al cabo mi vida no era lo más importante,y que fue un gato quién me hizo darme cuenta que alguien sentía dependencia emocional por mi.
Texto: El Hombre Percha
Próximo sábado nuevo capítulo
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