El Hombre Percha-Malestar de un Hominido

viernes, 28 de noviembre de 2014

El último año de mi vida (Novela)-Parte 4-

Mis padres intentaron probar varias soluciones conmigo,pues a pesar de la medicación y de las charlas con Ana, perduraba el sentimiento de culpabilidad.Era esclavo de los trastornos obsesivos cumpulsivos que había mutado durante mi estancia en el campamento de verano.
Una tarde concertaron cita con un psicólogo de Ciudad Real especialista en niños con problemas. Pero la experiencia no pudo ser más desagradable.
Cuando llegó mi turno de visita,en un primer momento hablo con mis padres y conmigo de forma educada y comprensiva.Hasta que les pidió a mis padres que por favor,nos dejasen solo pues quería hablar conmigo.
Fue entonces cuando el hombre frunció el ceño y digo:
-Mira chaval,estas gilip*lleces que tienes tu en la cabeza, te las vas a quitar ya mismo.Y no te quiero volver a ver por aquí.Le estas jodiend* la vida a tus padres y a mi me estas haciendo perder el tiempo...
Salí llorando de la sala,escupiendo ansiedad por la boca.Deseando marcharme a mi León natal.Durante el trayecto no comente una palabra de lo sucedido a mis padres solo quería vaciar la presión acumulada en mi cabeza, volcar aquel cazo de alguna forma deseando volver a un estado inicial. Todo el trayecto con las mejillas saladas y enrojecidas mirando por la ventana dibujando siluetas en el vaho del coche hasta que finalmente me dormí..
Decidieron que seguiríamos con la primera psicóloga asignada.Yo nunca llegue a contar del todo la conversación que tuve con aquel psicólogo de Ciudad Real,porque quería borrar del mapa cualquier recuerdo o referencia a ese episodio.
El año avanzaba,pero mi estado anímico estaba en un barrizal perdido en el pozo más negro de mi corazón
Pasaba horas y horas haciendo rituales de orden y colocación. Hubo un momento en el que toda mi energía era absorbida,había perdido la ilusión y todos los días eran como el anterior.Solo me sentía libre cuando estaba fuera de casa dónde intentaba callar aquellas voces, huir de todo y no adquirir más hábitos insanos.
Aunque siempre tenías el zumbido de una abeja prisionera rondando por tu cabeza.Pero aún así era el mejor momento del día,cuando salía de mi habitación que se había convertido en una pequeña celda de trastornos y tareas a llevar a cabo durante el día. Intentaba pasar el mayor tiempo posible en la calle destrozandome los pantalones, saltando sobre charcos... Cualquier opción era buena con tal de irme lejos.Incluso, cuando los demás niños de mi barrio acababan de jugar,yo le incitaba para que no se fueran a casa, siempre quería que estuviesen un rato más conmigo con tal de no volver a pisar mi habitación. Y cada minuto que les robaba era un minuto más de libertad para mi.
Al final acabe quedándome solo,cada vez llegaba más tarde a mi casa.Por aquel entonces comencé a sacarme un bloc de dibujo a la calle un lápiz y una goma.Lo que resulto muy liberador para mi,poder plasmar otras realidades en mundos de din a4.Me pasaba los atardeceres dibujando a los insectos del campo,dibujando sus escenarios, imaginando como serían sus vidas.A veces incluso fantaseaba de forma antropomorfica atribuyendo cualidad humanas a los insectos. Eso me hacía volar y escapar a otros rincones pero sin darme cuenta me iba aislando cada vez más y más de las relaciones humanas.
Cuando ya tenia iba estando tupido el bloc, mis padres me aconsejaron que me lo llevase un día a las sesiones con la doctora Ana.Lo cual me parecía una estupidez porque no iba a entender nada. En primer lugar porque ni siquiera estuvo en el momento en el que realicé el dibujo y en segundo lugar porque nuestra perspectiva y forma de ver las cosas era totalmente opuesta.Ella trataba todo de forma muy objetiva y siempre argumentando una explicación, cuando yo era todo lo contrario : abierto de espontaneidad,conmovido, en momentos a punto de estallar...Las emociones cogieron las riendas de mi vida

Texto: El Hombre Percha.
Todos los sábados un nuevo capítulo

viernes, 21 de noviembre de 2014

El último año de mi vida(Novela)-Parte 3

Cuando naces comienzas a cagar formando una espiral de mierda que rodea todo lo que hay a tu alrededor,algunos días es más espesa que la niebla,pero en cualquier caso;como toda mierda,es algo que se percibe a kilómetros y es difícil salir de esa espiral.Muy difícil.Y más sin pasar por otra, porque nunca se puede volver a un punto cero.Y algo así debió ocurrirme cuando traslade,de forma inconsciente, todo el chatarraje de trastornos obsesivos compulsivos del campamento a mi casa.
Mi vida comenzó a ser un infierno,a convertirse en una tortura rutinaria.Recuerdo que los primeros días mis padres se quedaron extrañados y a medida que pasaban las semanas comenzaron a observarme los diferentes rituales inconexos,estúpidos y maniáticos que vaticinaba a lo largo del día.
La situación se volvía cada vez más tensa,sobre todo sabiendo que hay alguien observando algo que estas haciendo que no tiene razón o fin en si mismo y que cualquier distracción era un martirio por comenzar de nuevo.
-¿Qué haces?
-...
-¿Porqué estas haciendo eso hijo?
-...
-¿Qué te ocurre?
-¡Déjame!Luego hablo
Y a cada interrupción,vuelta a empezar.A veces llorando de pura desesperación,otras de ansiedad al no poder realizar de manera continuada los t.o.c.s. Se me había ido de las manos,había pasado un verano y estaba absolutamente desbocado,agotado física y mentalmente.Y con apatía por empezar de nuevo otro curso.El único consuelo que me quedaba es que la gente del "Matinal" procedía de otros centros escolares en su mayoría. Lo que no sabía es si iba a poder controlar los impulsos en el aula y las voces que se repetían una y otra vez sobre mi cabeza "-Coloca estos folios treinta veces de forma milimétrica" o "-Ordena estos lapiceros según su tamaño veinte veces,cuando lo hayas hecho podrás descansar"
Pero tampoco era un descanso,sino que luego había un periodo de disconformidad hacía la forma en la que había realizado las cosas,si las había hecho bien,mal.Era otra media hora de reloj,y claro eso te muele el cerebro,a penas me quedaban ganas para hacer nada más.
Hasta que me llevaron a una psicóloga, la primera de una lista que entraría y saldría a lo largo de toda mi vida.Se llamaba Ana. Yo me negaba a ir al hospital rotundamente
-¿Estáis loco?¿Cómo le voy a contar a una persona estas cosas,si apenas os las he contado a vosotros?Y sabéis más por lo que habéis visto,que por lo que os he contado.Va a pensar que soy un demente.
Pero al final,a Ana no pareció sorprenderla nada de lo que le contaba en la primera sesión,cosa que no comprendí hasta unos años más tarde,pasada mi infancia y me di cuenta de había gente que se dedicaba a estudiar este tipo de historias,entonces estaban vacunados de espanto. Empecé a medicarme con fluoxetina en pequeñas cantidades,como así ordeno la psicóloga.
-¿Te ves capaz de afrontar esta situación solo?
-No,y yo quiero volver a como estaba antes no quiero pasarme la vida así. Pero si no lo hago,siento una agonía que me oprime el pecho,acelero la respiración, y empiezo con sudoraciones, lloros.Es una sensación de frustración pero que ya va corriendo en contra mía.
-Vale,pues te voy a mandar un medicamento que te puede venir bien para ayudarte a tranquilizar o a controlar esos momentos en los que pierdes la estabilidad emocional que tenías al principio y que sería la lógica en un niño con tu edad.
-Vale
-A parte nos veremos una vez cada quince días...
Al salir de la consulta,salí con una sensación de cierto alivio de peso,no creía posible que fuese curarme.Pero me había quitado un lastre que se estaba oxidando de tanta llantina de dentro por no poderlo compartir.

Texto: El Hombre Percha.
Todos los sábados un nuevo capítulo


sábado, 15 de noviembre de 2014

El último año de mi vida (Novela) Parte 2

No se muy bien como llegue hasta aquí...
Supongo que llevaba una pesada bola encadenada a los pies y que cada grillete era una herida por cerrar,y al final tropecé.Pero al menos puedo deciros que yo si pude elegir el barranco en el que precipitar mi vida y que como mala china, cuando toca suelo expira y se deshace en arena ,y luego esas pequeñas partículas de tierra tienen un último,una corriente de aire caliente que las envuelve en polvo,que es como me encuentro yo ahora. ¿Y luego?-¿Luego? Umm..luego están las religiones,supongo,especias para aliñar el último signo de vida: la muerte.Hay gente que lleva todo una vida preparando su última cena.Pero bueno,esto ya sería otro tema y aquí ya que cada uno se lo guise y se lo coma como le parezca.
Yo aún recuerdo cuando tenía siete años y abrí por primera vez mi historial clínico,que es lo que quería contar.Bueno,no se si lo quiero contar del todo,pero es quizás por donde, al fin y al cabo,debería empezar..Fue un verano en el año noventa y cinco creo recordar.Hasta entonces siempre había vivido en una burbuja,pero se pinchó y no volvió a ser la misma.Ni peor ni mejor, solo que no era la misma. 
Era la primera vez que me iba a un campamento y estaba deseando comenzar las vacaciones después del transcurso escolar.Aún masco una sonrisa agridulce en los labios porque hacía dos días que había aprendido a sumar,era la primera vez que salía de casa solo una temporada.Y oye, que el campamento en sí genial, no es que hiciese grandes amigos,porque tampoco ni era mi intención ni las circunstancias que ocurrieron invitaron a ello.Debía de ser uno de los chicos más pequeños del campamento,sino el que más,y por aquel entonces y aunque uno tenga las cosas delante a veces no las ve,por inocencia tal vez,pero si que con el tiempo pude reconstruir ciertas miradas de gente señalándome con su dedo,haciendo mofa de mi, acechando en mi tienda de campaña con el fin de echarse unas risas al respecto, pero yo no visualice todo eso hasta más tarde y además creo que no estaba preparado para ello,necesite una persona exterior que me mostrase la realidad tal y como era.Aún no estaba formado y ya me estaban deformando y claro que luego hubo que abrir muchas heridas y el cuerpo se resiente.Supongo que aquellos días los viví como algo bizarro y por desconcierto seguía soñando,o para protegerme quizás. Uno nunca lo sabe muy bien...
Y como os cuento que fue una tarde cuando me vi bañándome desnudo en la piscina de aquel albergue al que llamaban "El Matinal"chapoteando sin enterarme de nada, hasta que un grupo de chicos de mayor edad dio la voz de alarma de que había un niño bañándose desnudo.Enseguida vino una muchedumbre dejando llover sobre mi entre carcajadas e insultos un calabobos que terminó por minarme la moral, llorando, sin saber porque, porque solo era un niño.Los niños a veces no saben porque lloran,pero cuando lloran lo hacen de corazón.Porque cuando eres niño, no tienes maldad,aunque cometas errores y tropieces con el pomo de la misma puerta una y mil veces, no existe el acto de la predeterminación, todo en cualquier acción es espontaneo e ingenuo.Pero a mi ver toda esa alambrada de voces y griterío que desbordaba mi razón y que cada me vez me arrinconaba más hacía un punto de desamparo y frustración ( Y que por unos instantes me hizo sentir la persona más miserable del mundo)me acabo ahogando en aquella amarga piscina entre llantos de incomprensión.
Más tarde al ver el alboroto formado vinieron los monitores, con toallas para arroparme algo más que la piel. Aunque permanecía inmóvil con la mirada en el suelo y tarde un buen rato en reaccionar después de que el bullicio fue socorrido y apagado.Pero en campo quemado siempre quedan cenizas.Y así fueron mis últimos días dentro de "El Matinal". Aferrado a mi tienda de campaña sin ni siquiera querer salir o tener el más mínimo contacto con el exterior Cree dentro de ella un submundo caótico,por intentar borrar cualquier resquicio del tiempo.Lo que me propició la adquisición de varios tipos de trastornos obsesivos compulsivos. La primera vez que oí esa palabra no sabía muy bien a que se refería,intuí por el tono con el que me lo explicaron que tenía algo que ver con mi comportamiento,pero lo que nunca me imaginaría es que mis actividades diarias llegaran a ser una alteración o conflicto que acabaría por ser dañino a mi personalidad. En cierto modo yo siempre estaba rodeado de nubes negras que amenazaban lluvia.Lluvia ácida y lágrimas salinas. Y disconformidad y odio hacia todo lo que hacía.  

Texto: El Hombre Percha.
Todos los sábados un nuevo capítulo

sábado, 8 de noviembre de 2014

El último año de mi vida( Novela) Parte 1

Cuando mi padre vio el cuerpo,se quedó mudo por unos instantes agachó la vista y pensó:
...Bueno,ya lo has hecho...Ya acabaste.Me duele,porque has borrado años y recuerdos de un plumazo y  también nos los has quitado a nosotros...Te vas a perder todo lo que hace grande la Vida.Espero que esta decisión no te pese en un futuro...
Y rompió a llorar de la manera más agría que jamás recuerdo haberle visto.Sus mejillas sonrosadas, ojos rojos y llantina salina rompieron el silencio.
Y yo lo dije y lo avisé bien clarito,joder. "No quiero que mi padre vea mi cuerpo,no quiero que sea esa la última imagen que retenga de mi,como una diapositiva encasquillada,sin embargo no cumplió con lo estipulado en la carta.
Le avisaron aproximadamente una hora después de que se produjera el accidente,aunque yo no lo llamaría así.Tampoco suicidio,porque no deja de hacer alusión a la parte negativa de un acto.De un acto que veía ante todo como un cambio y que llevaba ilícito en su hecho una respuesta.
Fue un conductor quién dio la señal de que había un cuerpo en el arcén.Algo que siempre le agradeceré el haber avisado a los servicios,pues una de las que cosas que más me preocupaba era que todo esto desembocase en una desaparición ficticia .Acordonaron varios metros de forma circular dejando lo que quedaba del que había sido mi vehículo por esta travesía amarga que había durado veintiséis años,aunque hacía mucho tiempo que ya estaba muerto...
No era agradable nada agradable de ver mi piel aplastada en el suelo,la lengua y los labios negros,la cara pálida e hinchada los ojos mudos...
Primero recogieron mi documentación de uno de los bolsillos dónde me sacaron mi mano astillada y engangrenada y luego la otra que aún sujetaba el papel encharcado en sangre. Me precipité con las manos metidas en los bolsillos porque no quería que la caída pudiera desprenderme de estos dos objetos.
La nota volvió a ser transcrita,después de que ya no se pudiera hacer nada conmigo para evitar el impacto de la sangre del original.
"Hola, quiero ser breve y conciso.Ya lo venía avisando,no tengáis reproches hacía mi persona y continuad como habéis hecho hasta ahora vuestras vidas con normalidad.Ese es mi deseo, es lo que os pido, no quiero por tanto;que echéis un vistazo a como pueda haber quedado,ni os martiricéis por si sufrí dolor.Que cada uno guarde la imagen de su mejor recuerdo.No quiero funerales ni cultos de ningún tipo,no quiero frivolizar mi dolor ni el vuestro.Yo,ya soy feliz.Quedaos con eso.Siempre estaré agradecidos por haberos cruzados en mi camino,a ti más que nadie papá.
La carta fue escrita la noche anterior el día cero,por llamarlo de alguna manera aunque todo quedaba más lejano. Fue un día aislado del resto de mi vida.Era una silueta diluida ya más cerca del óbito que de todo lo demás que únicamente hacía tiempo en una sala de espera de cristal. Lo peor eran los cuervos que martilleaban mi sien con contundencia cada vez que otra hora había vuelto a pasar. Así que  el camino al calvario sucedió antes de lo planeado,con poco tiempo de diferencia pero para no aguantar el suplicio que provocaba tener algún tipo de vestigio con la vida.Ya me había despedido y esto solo era un mero tramite.Ya lo tenía hecho.
Pasé unas horas en el parque cerca del puente sentado en un banco en el que me limitaba únicamente a ver el paisaje,estaba bien partido así que intente no pensar.Fue un tiempo muy duro,la incertidumbre no me dejaba ponerme en pie,estaba materialmente descompuesto así que cavé mi vista en la hierva que había en el suelo y cuando consideré oportuno me puse en pie y me dirigí hacía el puente.
Me preocupaba que alguien pudiese verme y no poder llevar a cabo mi decisión. Poco recuerdo de aquel puente,más por fotografías en las que se habían estado recreando mis demonios los meses anteriores. Cuando nadie pasaba salté al vacío-Ya esta hecho pensé,no se puede parar. Cuando estas suspendido en el aire sientes vértigo e inestabilidad por no tener ningún punto de apoyo ni sobre el terreno físico ni sobre el moral.Solo temía si me iba a doler.Los impulsos se aceleraban cuando iba llegando al suelo y de repente mi cara chocó contra el asfalto con gran contundencia y antes de desconfigurarme por completo,mis pensamientos ya eran interferencias y yo me había ido a otro plano,como si mi alma se hubiese despresurizado del cuerpo.

Texto: El Hombre Percha.
Todos los sábados un nuevo capítulo