TODOS LOS MIÉRCOLES UN NUEVO CAPITULO - PARTE 22-
-Ahí vivía yo si....Los primeros años...los siguientes me vivieron ellos a mi.Estaba deseosa de independizarme y dejar atrás todo eso,tener un hogar propio,que no fuese todo compartido,que te diese la sensación de que cuando entras por una puerta estas en tu casa,no en un albergue,pero bueno también me hicieron madurar bastante.Es siempre lo mismo;la cara de la cruz de las cosas...
Subimos al portal,nos cambiamos y mi padre comenzó a hacer la cena...
-Fíjate,se me hace raro verte cocinar estos días,no estamos equiparados para agradecer las cosas.Después de un día de trabajo,que alguien te eche una mano en casa,por muy chica que sea es un regalo.
-Si quieres te dejo al mando ¿eh?
-No,no que no quiero que pierdas práctica(Risas)
-Pues ya viste un poco por donde va mi vida,los demás días son iguales...Bueno como en todos los trabajos,este al menos da para elegir porque puedes picar o descargar vagones y en un futuro colocar vigas e incluso eclosionar vetas.Le decía mientras me comía una manzana.Pero te levantas con ilusión,la cuadrilla,ya viste cada uno tenemos gustos muy dispares,pero gente estupenda y el clima también ayuda.Me da vidilla el viento del norte,no me aplatana como el calor del sur.Eso es lo que menos echo en falta el calor(Reía)Por lo demás ¿Las cosas por allí igual no?
-Sí,más o menos,hombre cuando vengas,a lo mejor te encuentras alguna rotonda nueva,o que están construyendo casas nuevas,ahora están edificando bastante por los descampados de nuestra zona,pero a parte de eso,seguimos igual.La abuela te echa mucho en falta,eso sí,quería haber venido a este viaje,pero le dije que no porque es ya mayor,y bueno ya sabes meterla una paliza de tantos kilómetros,.
-Bueno,ya otro día vamos a una tienda y nos hacemos una foto,que para el caso es lo mismo.No se puede abrazar ni besas,es lo malo que tienen esos papeles,pero siempre se quedan grabados en el recuerdo entre fotos y fotos antiguas.En el mercado del Fontán hay un hombre que vende fotos antiguas,que no creo que lo sepan ni los mismos retratados de las fotos y a saberse donde estarán ya.El domingo vamos,y buscamos una foto a ver si vemos alguna persona que se de un aire a mi y le haces el cambiazo a la abuela(Risas)
-No hombre...
-No...luego le enseñas la original,pero a ver que te dice si tanto se acuerda de mí (Sonreía)
Llamé a Helena a su puerta,le di un par de besos y le dije-Vamos a cenar,estos eran los entrantes...
-¿Te esta afectando bien el polvo que inhalas en la mina eh?
-No es lo único que me afecta...(Sonreí)
Cenamos vimos un rato la tele,con Mara a lomos de mi padre,que le iba dando unas tiras de jamón york en pedazitos para que se lo comiese y no se apartaba de el ni para ir con la dueña.
Cuando acabamos nos echamos la manta al cuerpo a esperar que regresase la mañana un día más....
Y es que los días se escabullen cuando es buena la compañía y sin darte cuenta ya pasa una semana y pasa otra y al final te da tiempo a hacer menos cosas con tu padre,de las que tenías planeadas ,aunque con estar la mayoría del tiempo juntos nos bastaba.Pasear en la tarde por Oviedo,era la escusa perfecta para recordar la infancia.Por fin pudímos ir,con el resto de la cuadrilla, a ver un partido al Molinón,aunque el Sporting perdió.Para mi era una escusa para reunirnos los compañeros de trabajo una tarde a tomar algo en alguna Sidreria del centro de Xixón,y vernos las caras,aunque sea por una vez,sin el mono puesto,para ver como vestía cada uno.Aunque parecía estantes andantes con la equipación del Sporting entre gorros,bufandas y camisas...
El mercadillo del Fontán se quedo medío vacío,pues el día que fuimos mi padre se llevo regalos para todos los presentes,tanto para los Asturianos,como para los Extremeños.
A Helena le regalo un bloc para dibujar,un estuche y un oso de peluche para abrazar.
Para los de la cuadrilla pines y pegatinas del Sporting.Al final no logramos dar con una cara similar a la mía entre el cajon de las fotos antiguas del Fontán,asi que escogímos una medio borrosa,que daba el pego y el cante por igual pero tampoco,había mejor cosa.
Mi padre se llevo el mono de la cuadrilla firmado por todos,lloró de emoción y prometió colgarla en su despacho.
-Espera le falta un detalle,le dije cuando lo recibió y con el rotulador pinte en la parte del pecho,en el corazón,un escudo del Sporting de Gijón.Todos echaron a reír.
La última comida fue en Mieres a la hora del almuerzo un viernes,siendo mi padre quién nos invito.
Las comidas añurgan la garganta cuando se deben a una despedida,pensé,aunque aún era demasiado pronto,le pedí que ese día no se quedase a predicar,que se quedase con nosotros en los pozos hasta el final.
Y así fue,como pasarón dos semanas y como ya se había quedado algo del olor de mi padre impregnado en casa.Se pegó una ducha,bajamos abajo cogíó el coche y como vino se marchó.
A ninguno de los dos nos gustaban las despedidas,es como estirar un chicle amargo que va a acabar partiéndose en dos.
Helena me dio un abrazo,y no digo que dejase alguna lágrima en su regazo,subimos al portal y nos enfrascamos en la cama abrazados los dos,hasta un nuevo despertar...
Texto:El Hombre Percha
PRÓXIMO MIÉRCOLES -CAPÍTULO 23-